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11 agosto 2006

Sensualidades y alcohol. Diarios desde la torre

Cuentacuentos: http://spaces.msn.com/cuentacuentos06 donde nacen las historias


Ella se perdió entre la multitud como se pierde una lágrima entre la lluvia
Qué duro es nuestro fracaso si la victoria no vale gran cosa. Permanecer junto a ella, o bien otro fracaso social, entre seres sociales que necesitan de otras personas para vivir, para vivir felices, no sabemos ser infelices, no hemos nacido para tragar culebras, no conocemos el deseo, no conocemos el suicidio, nosotros no.
La gente sigue inalterada, ociosamente aburrida. Eso no es para nosotros, ya que somos ángeles si desnudos, pero al cubrirnos…, sólo nos hace falta beber sangre para vivir, así seríamos completamente vampiros, eternos, más puramente humanos sin nuestros recuerdos, sin nuestra conciencia, olvidaríamos tras los siglos nuestro origen y sólo pensaríamos en seguir con vida; vida eterna o muerte, vivir para siempre sin dar importancia a la vida, entregados sin deseo, hambrientos de sueño, uñas de ébano y plata.

¿Por qué me mira así Cony? Sé que acierta bastante en lo que cree conocerme, me observa con paciencia, podría si quisiera, pero quiere de otra forma, quiere porque sabe que le quiero, quiero que me acaricie, no me gusta acariciar
-¿Vas a quedarte mirándome sin hacer nada más que pensar? –dije - Soy lo que ves, ¿A qué esperas?
-A qué espero a qué
-A dejarte llevar como hubieras hecho con cualquier otro
-Tú no eres cualquier otro
-Me da igual, me apetece desnudarme, tú ya me has visto desnudo
-Si te desnudas, lo haré yo también. Para que veas que no me importa, y hace calor, seguro que estamos más cómodos en pelotas

Me levanté haciéndole creer que iba hacia ella, cuando estuvo a un instante mi sexo de su hombro alargué el brazo y la tomé, Jack de Tennesse, el mejor whisky. Me paseé hasta la cocina y volví con dos on-the-rocks con agua. Le dí uno a Cony y me deslicé hasta mi fría silla, decidí cruzar una pierna y dejarlos colgando, más cómodo así. Yo estaba totalmente desnudo, Cony vestía ropa interior oscura y unas medias negras rasgadas aquí, corridas allá, mientras movía sus piernas en lo alto, bocabajo sobre las sábanas.

Llevamos un rato bebiendo, nuestras fauces sonrojadas, la risa tonta, miradas de nada o de todo, guiadas por los grados, dejamos de beber, ahora será un pulso, lo sé, conozco a Cony más que ella a mí, y lo sabe: el hecho de mi problema con la melancolía que el oscuro vino aparta(ba). Empiezo yo, voy a pasar de las miradas, mi expresividad gestual no da para tanto, aún no domino ese lenguaje, en seducción sé cómo impresionar, diez minutos, luego me resulto empalagoso, no voy a mirarla, pero ella me mira, no me he desnudado para quedarme ahora sin mordisco. Ahora noto que mis piernas están inquietas, me levanto, a la vista queda mi cuerpo
-Quítate la ropa o…
-O qué
-Te la quito yo –Y en ese instante empezaron a fluir torrentes de sangre que iban de mi cerebro directos a mi sexo en alza, en breve. Me arrodillé para quitarle a Cony sus medias, toqué sus piernas torneadas y algo me hizo besarlas, lamer sus dedos suave, la piel en cada dedo como un clítoris rasurado
Cony empezaba a reír -Me haces cosquillas. –Mientras tanto, ella seguía en la misma postura -Date la vuelta, quiero lamerte hasta que se me peguen los labios
-¿Me quiere usted lamer señor casero?
Me dio la risa tonta y se la contagié
-Necesito una raya, ¿dónde está Galán? -Volví a reírme y empecé a buscar desesperadamente una china, pero me acordé de la yerba que acababa de adquirir. Una ele con cohete espacial tres cuartos, a volar Cony. Encendí el cilindro y acto seguido apagué la luz para que Cony se desnudara de una vez y me acerqué al sillón junto a la cama
-Te abrasará la ropa, supongo
-No
-Pásame la botella, y te doy mi cohete -Cony se reía conmigo. Le pasé el petardo
-Qué grande, mmmh…, así me gustan –A lo que se me escapó una carcajada triunfal
-Te voy a cubrir de whisky
-Tuya es la cama
-Luego estás en mi territorio

Cogí la botella y la alcé, escancié medio litro sobre mí y el resto sobre Cony, le pareció que estaba muy frío así que tomé un hielo de mi vaso y me lo metí en la boca. Entonces entré en mi territorio y la abracé, enseguida notó mi boca sobre su espalda, sus muslos, sus brazos y sus labios, estábamos empapados en alcohol y hacía calor, mucho calor, seguí jugando con el hielo y Cony siguió soltando chillidos más propios de una adolescente al acabar el curso. Le quité el sujetador de un tirón, le hice algo de daño con los dientes al robarle su braguita, creí que serían comestibles, pero ahora sólo se podía lamer, nada de morder, o Cony reiría y no se lo tomaría en serio.

Seguro que todo esto parecerá un poco raro, pero yo conozco a Cony por palabras de ella misma, sobre ella, su familia, la anorexia, Galán, la huída, el tráfico de droga, la supervivencia, su incontinencia sexual promiscua, la pintura, su curiosidad par moi, la extravagancia, su dureza. Y me olvidaba de su peculiar gusto por los chicos, Galán parece más un estudiante bohemio que un perro callejero de tantos ruteos, y ahora, yo no pienso más que en el cambio que ha dado Cony en estos meses, ha dejado de consumir habitualmente y ha conocido a nueva gente en sus clases de pintura en el colegio de artes y oficios estudiando Ilustración, ya no se dedica a ir a discotecas a pasar, eso se lo deja, se lo dejamos, a Galán.

Mientras hago el amor con Cony entre caricias y besos no pienso en estar traicionando a Galán. Cony y yo somos libres porque así nos sentimos, quizá porque ambos hemos conocido la cárcel para los sentidos que supone haber estado enfermo durante años. Tal vez sea eso, una nueva energía, el conocimiento que da la tristeza, conocer en ese sentido sentimental, sensible, difícil de explicar, no lo pretendo. No quería sentir a nadie así desde que Carla y yo éramos Carla y yo. Cony es un caramelo, realmente pienso que debe ser muy dulce pensar que vas a tener a alguien así cada noche en tu cama. Desde que me separé de Anabel no había sentido tanto cariño por nadie, creo que Cony puede sacar lo mejor de mí, ¡¿cómo no voy a ser egoísta?! Sigo considerando a Galán como un amigo, es más, ahora le quiero más porque es el chico de Cony, yo no quiero a Cony para mí. Supongo que es de lo más natural pensar así.

-Cony, habrá que decirle algo a Galán. No creo haberle traicionado. ¿Cómo te sientes tú? Respóndeme, no te hagas la dura.
-Ya te dije que Galán no sabe nada de que me acuesto con otros tíos
-Me refiero más concretamente a lo que acabamos de hacer, quiero que Galán lo entienda. Si encontrara las palabras lo entendería y no le daría importancia, porque Cony, es tu novio, vives con él desde hace casi dos años
-También he vivido contigo
-Pero ahora no vivimos juntos
-Pero qué dices Papo, cuando no vienes tú al piso, vengo yo aquí. Comemos o cenamos juntos un montón de días a la semana, y en tu cuarto duermes casi tantas veces como aquí
-Es verdad, ¿sabes?, tuve que volver aquí para saber si seguía siendo ermitaño, pero no; aunque también vine por lo que ya sabes; no la tirarán. A día de hoy puedo decir que entre Carla al principio y vosotros después me habéis ayudado sin saberlo, y os estaré agradecido mucho tiempo, por eso tengo que decirte que Galán debe saberlo, pero eso depende de ti
-Papo, hay cosas que es mejor no saber
-Desde luego, si le pones los cuernos a alguien es mejor no decírselo a quien guardas fidelidad, pero nosotros no hemos engañado a Galán, sólo hemos disfrutado con nuestros cuerpos; no sé si me explico, Cony

Ella enmudeció y empezó a vestirse, pensaba que la vería desnuda por última vez y me recreé con su menudo cuerpo.
-¿Te vas?
-No, voy a preparar algo para cenar. Voy a ver que tienes
-¿Vas a cocinar ahora?
-Sí, y llama a Galán para que venga en cuanto termine. Tenemos que hablar

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