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11 agosto 2006

A cercamiento al bar. Diarios desde la torre

El viernes cuando nos veamos te cuento… Fueron sus últimas palabras. Cité a Carla en el que fue mi bar de balas perdidas. Ella llega tarde, yo espero mientras consumo mis cigarrillos y doy, uno tras otro, grandes sorbos de cerveza. Espero sin darle importancia a sus palabras, y es eso mismo lo que no acabo de entender de mi estado actual. Carla me dijo muchas cosas aquella noche, me llamó señorito, marqués, egoísta. Intenté hablarle de mi sufrimiento oscuro, pero no me escuchaba. Ella no sabe nada de mí, en realidad no sabe quién soy. Ahora espero como quien se desespera ante una llamada que no llega.

El bar de Masi está lleno, toda la gente se agolpa en la barra dejando espacio suficiente pero inservible detrás. No es acogedor pero es lo suficientemente canalla, agreste y punk como para seguir aquí apoyado. Miro a un lado: las nenas góticas ocupan los taburetes, son las más jóvenes clientes. Miro al otro lado y la luz desaparece de las viejas bombillas sobre la barra. Lo siniestro, adheridos a la malta, jóvenes heavies, viejos bebedores, una pareja en la máquina de pantalla táctil, y el futbolín saturado en un torneo de viernes noche. La gente anda ociosa y acompañada, en cambio yo…, odio que me hagan esperar, no lo soporto, me invade la sensación de desentonar, de estar fuera de lugar, una incomprensión del entorno vehemente, como un gato acorralado voy a muerte con el que me toque los huevos, pero no sé porqué me siento así. ¿He mutado realmente? No puedo creer mi propia teoría, pero alguna vez tiene que dejarnos la voluptuosa sensación del cambio, de la transición. Mis teorías cobran más sentido cuanto más alejo la perspectiva, la mutación parece más clara, ¿Tanto me fascinó un personaje de ficción, que ahora soy como él? Me sigue estimulando crearlo en mi mente…Aún recuerdo la pelea, la batalla del punki, metamorfosis 66.

Masi ha tenido un respiro y se acerca a la llamada de mi cilindro incendiario, huele a diversión. Carla se retrasa pero ya he decidido quedarme a hablar con Masi; tengo alguna cosa que hacer después de todo y tras lo vivido en esta funesta taberna, sin duda, me divertiré más que con Carla, ya fui el cliente de Masi durante una buena época, no había día que faltase a mi cita con la noche. ¡Buah!, soy muy joven, ya lo haré otro año, pensaba; es interesante, justo lo mismo que pensaba antes de ir a la universidad, durante el bachillerato, ya lo haré otro año, se podía soñar y ser feliz así. Cómo degeneré en un nihilista difuso, y cómo me veo condenado a la generación de los mil euros ahora (tras el lustro nihilista), a ser atrapado por la sociedad del mercado libre, del liberalismo del que habla tanto el cenizo de la piedra de toque. Hipoteca común, trabajo basura, sueños a la cloaca, así me vería yo, no sirvo para eso, si me espabilo me puede ir bien, pero estoy aturdido en esta humareda de psicotrópicos apaleados y resudados, Carla no viene y me alegro más aún, el lorazepan con el four roses coloca, me bailan las rodillas, voy por la segunda copa, voy a tomar asiento. Me encuentro raro, no me asusta la mezquindad, incluso creo que ahora la identifico y me resbala, me resbala Carla

-Masi, ponme otra. Y dame fuego anda.
-No encuentro el mechero
-No estás ni para eso –dice una voz conocida, - ¿pero no te ves?, que no puedes ni encenderte el porro. -Masi se planta mirándole desafiante y juez. Ahora se de quién es esa voz.
-Hola Papo, qué tal
-¿Ey Nando, cómo estás?
-¡Masi ponme otra copa!-dijo Nando
-¿Llevas mucho aquí?-dijo Masi
-Estaba en el baño
-¡De dónde sales! –dije yo
-Esto no es un hostal –dijo Masi
-Venga Masi
-¡Joder! Alicia, que no queda hielo. Nando dile al de al lado que te llene esta bolsa, que es amigo mío
-Voy
Nando se fue a por hielo. Mi copa pedía un poco
-Masi, ¿dónde le has mandado?
-Aquí al-lao
-Le conoces
-No.
-(jajajaja)
¿Has encontrado el mechero?

-No. Espera a ver si tienen aquí…
Toma!- y Masi me lanza el mechero desde la otra punta resbalando por la barra. Eso provoca que todos los de mi izquierda estén mirando ahora fijamente mi mano. ¡Qué desperdicio de alcohol!
-Hacía mucho que no venías, amigo
-Me he estado rehabilitando
-Sigues con eso
-¿Con qué?
-Pasando jaco
-No, pero puedo conseguirte unos cogollos de sativa muy cerebrales.
Masi dijo un “bien” haciendo una voltereta tonal en la “e”.
-¿Esperas a alguien?
-No
-Igual de solo que siempre ¿no?
-A la taberna hay que ir impar y menos de dos. Héchame hielo aquí que se me pega la lengua al paladar. Bueno, no; ponme otra
-No hay Jack Daniels
-Estoy tomando bourbon
-¿Four Roses?
-Eh Masi, joder que cabrón eres, es un kebab que está a tope, tío, y no te conocen, cabronazo. Toma la puta bolsa –Nando se partía el pecho con Masi
-Pues me la traes llena, gracias Nando
-Hostia, otro que le pega al boubon añejo destilado, pero destilado como ninguno, Four Roses, a falta de mi amigo el viejo John. Masi ponme la copa de una puta vez que ya te he traído el hielo, y cambia esta puta música, que tiene más años que tú, y córtate el pelo, córtate el pelo que haces el ridículo con esas greñas de cincuentón
-Perdone señor Nando, tengo cuarenta y dos, y en este establecimiento está prohibido gritar.
-Si no gritaba, es que tienes muy alta esta música, ¿qué son los Iron Maiden de la copla? Tío, pero si parece Mocedades.
-En este establecimiento no está permitido pedir música, el pinchadiscos soy yo.
-Hacía mucho que no venías no? –me preguntó Nando
-Sí, unos meses
-Más tío, más, hazme caso a mí. Por cierto, hay un torneo de futbolín aquí
-¿Cuándo?
-El día 16, martes, son fiestas de San Bernabé.
-Bah tío paso, soy muy malo, he jugado muy poco. De todas formas, la gente se apunta sin pareja
- En serio
-Sí, sí, pregúntale a Masi.
-¡MASI! – Conseguí quitarme a Nando y a su cogorza de encima

Estoy sobre la barra, el bar se va vaciando, mi intención en un principio no era terminar la noche así. Aún sigo muy cómodo en este taburete duro como el invierno, las botellas resplandecen sus contenidos en este juego de luces no intencionado, muy apacible, hogar cutre hogar, cañas baratas y gusto musical, vuelvo a la que fue mi familia, que le jodan a Carla, me deja plantado como reprimenda por no mostrarme tan cariñoso como tiempo ha.

Creo que vuelvo a sentirme en el limbo, tan lejos de dios y tan cerca de Carla y su culo de becaria en los juzgados. Recuerdo cuando mis hermanas intentaban sacarme del hundimiento tras la muerte de Anabel, invitándome a frecuentar sus círculos de pseudointelectuales y cretinos privilegiados, entre esa masa deslumbraba Carla, sobretodo por su juventud y su mirada abrasante, mujer desde la adolescencia. Todo se va, todo se evapora, como alguien dijo, el tiempo se va como las lágrimas en la lluvia.

Acepto que no estoy preparado para compartir mi vida con una dama como Carla, y como ninguna, acepto que sólo busco el tacto de una fémina, besos y desnudez, se acabaron las galas.

-Bueno Masi, hasta la próxima
-No te vayas, espera, tómate otra caña
-No llevo pelas tío…
-Que da igual, joder. ¿No te puedo invitar? A éste le invito alguna vez a una copa.
-Y a chupitos cuando vienen las niñas, o los erasmus –dice Nando-las que nos corremos aquí.¡¡¡ “Run to the hilss, run for your life”!!!
-En este establecimiento está prohibido cantar mal
-Pon algo decente jodido
-Vamos a probar con Zappa
-No, Masi, ¿cuántas veces te he pedido música?
-Puessss…, unas cuantas
-¿Qué? Nunca. Alguna vez te he podido hacer algún comentario, pero nunca, nunca..
-Masi, pásame el porro que te lo has agenciado –dije yo –Estoy ya demasiado borracho como para ponerme a recitar esquizofrénicas, ¿te acuerdas?
-No por favor, no te subas a la barra a hablarnos.
-Tranquilo, esos tiempos ya pasaron, ahora soy un alegre alcohólico
-Bien, entonces eres de los míos, a esta caña te invita Alicia
-¿Quién es Alicia?
-Alicia, esta chica, sustituta de Ana a partir de ahora, te agradece las caladas que le has ofrecido. ¡Alicia! A que nunca has tenido un jefe como yo
-No Masi, Ana lo dice, pero de momento sólo llevo dos noches
-Por cierto, ¿dónde está?
-Se ha ido a Irlanda, vuelve en verano la cabrona –dijo Alicia – A hacer cómo que estudia mientras conoce a los irlandeses, anda que no es lista
-Y además está buena, mejorando lo presente –dijo Nando
-A que Alicia es más guapa que yo, ven aquí Alicia –dice Masi
-Ah, es tímida

Masi aprovecha la situación para coger su cámara y retratarnos a todos, sobretodo a Alicia, que no duda en posar sensual para la gradería.

-Bueno Masi, me voy, no espero más
-Esperas a alguien ¿no? Me ha extrañado mucho verte aquí como antes…
-Sí, la verdad es que esperaba a una amiga, pero he dejado de desesperarme después de la segunda copa. Cuanto más conozco a las mujeres más me apiado de los hombres.
Buenas noches familia
-Ciao Papo, vuelve pronto
-Alicia –le llamé en mi despedida
-Qué
-Que guapa eres
-No le digas eso que se pone roja, mira, mira, se va…
-Hasta otra, buenas noches a todos.

Abandoné la taberna e inconscientemente empecé a caminar poseído por una tranquilidad residual; sin darme cuenta, llegué al portal de mis abuelos, estuve a punto de llamar por si mis amigos estaban en casa, pero era muy tarde ya, tomé camino del Espolón y crucé todo el casco viejo, pasando el puente de piedra en dirección a mi caserón en ruinas, la torre era cada vez más tétrica, tal vez se deba a esta luna, la luz es una guinda de esta tarta de sombras, la luz siniestra del sol, luna nueva. Me espera el resto de la noche, seré su guardián contemplativo, y caeré rendido cuando el gran astro asome.

Buenas noches

Papo·
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